Hoy, mayo 4, todavía estamos encerrados en buena parte del mundo. A menos que vivas en Nueva Zelanda, es muy posible que donde vivas la batalla contra el coronavirus no esté todavía muy adelantada. Y es feo: no solo porque sigue poniendo en riesgo a todos los que están trabajando y ayudando a que la sociedad siga más o menos funcional (¡gracias a todos los trabajadores esenciales que toman riesgos a diario!), sino porque el distanciamiento social como tal, para aquellos de nosotros que tenemos algo más de suerte y podemos quedarnos en casa.

Lo impredecible del futuro y la fragilidad de nuestra realidad son asombrosas. Cada día dejamos atrás un pedacito más de lo que dábamos por sentado. Sin embargo, creo (de verdad creo), que este es un periodo que no va a pasar muy seguido. También quiero creerlo, para ser honesta. Porque, dejando por un momento aparte todo lo otro, creo que es el momento perfecto para tener una conversación con nosotros mismos que era necesaria desde hacía mucho tiempo, para reconsiderar algo o mucho acerca de nuestras vidas. Eso es, si tenemos el privilegio de poder detenernos un momento y estamos mentalmente en una posición desde la que podemos hacerlo.

Probablemente, mi situación es un poquito diferente que la tuya: el 2 de marzo fui con mi esposo a un aeropuerto, con montones de maletas y un grupo de nuestros amigos más cercanos que fueron a despedirnos. Dejamos México para comenzar una nueva vida en un país en el que nunca antes habíamos estado, pero en el que habíamos puesto todas nuestras esperanzas. (Migrar en tiempos de pandemia, un tema que podemos dejar para otro día). Somos lo suficiente afortunados y bendecidos de tener amigos bondadosos que nos han recibidos para quedarnos con ellos hasta que los tiempos mejoren un poco.

No todos estamos en la misma situación. Para algunos, es mucho más complicado reconsiderar diferentes aspectos de la vida, por obligaciones previas o simplemente porque no lo pueden procesar emocionalmente en este momento. Es completamente válido y, si necesitas algunas ideas de cómo hacerle frente a la situación en este momento, aquí resumí cinco acciones que puedes tomar ahora.

Sin embargo, si tienes la oportunidad y la voluntad, de verdad creo que vale la pena tener esta conversación interna en este momento. Esta es una situación que, siendo honestos, no se presenta muy seguido.

Seamos claros: esto no se trata de ir en línea cono ese meme horrible que estaba al inicio de la cuarentena. Ya sabes, ese que decía algo de la línea de “si no has aprendido un idioma… hecho esto y lo otro… no te hacía falta tiempo…”. No. Esto no es de hacer o de mostrarle al mundo lo que hiciste porque tenías el privilegio de quedarte en casa mientras otros sufrían por el distanciamiento o arriesgaban sus vida. Tampoco es acerca de “ve a tu cama y ve Netflix 24/7 porque todo es horrible”, aunque todo sea horrible. A menos que no seas funcional para más que eso, que también es válido.

Es normal tener más ansiedad, insomnio, estrés y todos esas emociones que son de plano horribles de las que teníamos en febrero cuando todo era “normal”. Busca primero tener tu salud mental estable. Busca diferentes métodos que puedan ayudarte a sentirte mejor: comunicarte, meditar, alimentarte, moverte. Ya dicho eso, por favor busca ayuda profesional si la necesitas.

conversation with yourself

Tómate un trago contigo misma

Separa un poco de tiempo en el que puedas estar contigo misma. Ve a tu cocina y prepara tu bebida de preferencia. Podría ser un té (como la mía) o de pronto un gin tonic o un vaso de agua. De pronto prepara una libreta o un papel, si piensas que eso podría servirte para poner tus ideas en orden, y pon tu teléfono en modo avión si tiende a ser una distracción. Entonces, ten una pequeña conversación contigo misma.

Esta conversación es acerca de reconsiderar cosas en tu vida que no son necesariamente como te gustaría que fueran. Solo si sientes que estás en una posición que te permite hacerlo, desde la que te sientes cómoda haciéndolo. Esto no es acerca de ser superproductiva o contarle al mundo, pero tampoco de hundirse en la miseria y el sufrimiento solo porque puedes. Es acerca te tener una conversación íntima contigo misma que o tienes que publicar en ningún lado. Solo necesita de comprensión para contigo misma, más compasión (pero no dramatismo contigo misma). Solo mira donde te encuentras y a dónde quieres ir.

Hazte a ti misma algunas de las siguientes preguntas, y todas las otras que consideres relevantes:

  • ¿Qué haz extrañado de verdad de la vida que estabas llevando?
  • ¿Qué no estás extrañando? Esto especialmente si es algo que en enero o febrero habrías pensado que extrañarías si te lo hubieran preguntado en ese momento.
  • ¿Qué es lo que te parece más importante en este momento?
  • ¿Qué cambiarías de lo que era normal para ti, cuando el mundo comience a abrir otra vez?
  • ¿Qué puedes comenzar a hacer ahora? De pronto es un paso pequeño, como cambiar algo de tu dieta o ejercitar un poco con alguna de las mil apps gratuitas.

Algo que recordar: las cosas no pasan mágicamente solo porque piensas en ellas. Haz un plan con las cosas que quieres cambiar y puedes cambiar. O escribe un objetivo o una afirmación que resuma lo que quieres, si eso funciona. O haz ambos. Escribe un plan de acción.

De ser posible, toma acción hoy mismo. De pronto compártelo con tu pareja o con alguien cercano cuando hayas terminado y tengas claro qué quieres. Cuando estás por cambiar algunos aspectos de tu vida, el soporte y apoyo de las personas más cercanas puede ser crucial.

Después de todo, puedes terminar buscando un trabajo para poder cubrir tus gastos, mientras inauguras una tienda de descargas digitales y un blog, y comienzas tus estudios para ser una doula y educadora perinatal en un nuevo país.

Ahora que lo pienso, ten también la misma conversación con tu pareja (si la tienes) luego de tenerla contigo misma. Invítala a que la tenga también consigo misma. De pronto también quiere cambiar algunas cosas y se pueden poner objetivos y metas de qué quisieran hacer diferente.

Sobre todo, disfrútalo. Estás aquí. Puedes pensar en lo que quieres. ¿Quieres compartir algo al respecto?


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1 comentario

  1. Andrés

    Porqué la conversación es contigo misma? Y contigo mismo no vale?

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